Grajal fue ‘capital’ por un día del movimiento antinuclear de la comarcaCristina Domínguez / GrajalLa Casa Palacio de los Condes, emblema de la localidad de Grajal de Campos, sirvió ayer de marco de excepción para otra excepcional y multitudinaria reunión que acabó por colapsar la pequeña localidad terracampina.
Grajal fue así capital por un día capital del movimiento antinuclear surgido en Tierra Campos, a propósito de las candidaturas para albergar el ‘cementerio’ de residuos radioactivos (ATC) presentadas por las localidades vallisoletanas de Melgar de Arriba y Santervás de Campos, a escasos kilómetros de la frontera con la villa leonesa.
Cerca de 3.000 personas se unieron ayer a la jornada de reivindicación, elevando una única voz para dejar clara la oposición frontal de los terracampinos, “que no dejarán su futuro en manos de unos pocos y a cambio de una propina”.Así, bajo esta máxima, pequeñas y medianas empresas radicadas en los viejos ‘Campos Góticos’, artesanos, viticultores, hortelanos, artistas y también asociaciones culturales o colectivos vinculados al medio ambiente abrieron las puertas de Tierra de Campos para demostrar que en esa comarca “más viva que nunca” hay muchas gente que trabaja por ella y que hay futuro, “un futuro, que vemos aquí plasmado a través de la cultura, la gastronomía, la tradición, el vino, la artesanía... y que no pasará por ver instalado un almacén temporal centralizado de residuos nucleares”.
La llamada de la plataforma Tierra de Campos Viva, –organizadores del evento– consiguió superar cualquier expectativa, sobre todo teniendo en cuenta la inexistencia de un verdadero espíritu comarcal entre las cuatro provincias de Tierra de Campos (León, Valladolid, Palencia y Zamora) y el ánimo conformista que impera en la zona, desde ayer tópicos desterrados.
“Jamás nos hubiésemos imaginado una respuesta así. La gente se ha volcado”, comentaba emocionado con el resultado de la feria Francisco Espinosa, alcalde de la localidad anfitriona y primera autoridad en convocar un referéndum popular para conocer de primera mano la opinión de sus vecinos; vecinos que dijeron “no” al ATC, en aplastante mayoría, el 94 por ciento.
Junto a los productos de las pequeñas y medianas empresas de las cuatro provincias, la marabunta que ayer se pasó por la Casa Palacio también pudo contemplar una exposición de la Procesión Cívica de El Vítor, en Mayorga (Valladolid) u otra muestra de trajes regionales y de época y recibir información sobre las consecuencias que podrían resultar si el ATC acaba por instalarse en Melgar o Santervás.
“Estamos vivos y se lo vamos a demostrar. Tenemos que estar unidos y luchar codo con codo para conservar lo que es nuestro, nuestra tierra”, afirmaron a través de un manifiesto desde la plataforma ‘anticementerio’ que tiene previsto participar con un expositor en la Feria del Vino que se celebrará próximamente en Gordoncillo.
Talleres de jabones artesanales, música y danza, degustaciones gastronómicas y una carrera de cintas a caballo completaron la primera feria tradicional, “que acabe como acabe el trance del ‘cementerio’ nuclear’ pretendemos poner en valor y repetir de forma anual”, adelantaba el alcalde, Francisco Espinosa.